La telefonía móvil de cuarta generación, que se ha estrenado en España esta semana, va a cambiar sin ninguna duda la forma que tienen de relacionarse los usuarios con su entorno, siempre que los operadores consigan implantar unas tarifas equilibradas que animen a sus clientes a utilizar estos servicios.
No hay que equivocarse, los 'smartphones' o teléfonos inteligentes se han implantado con fuerza en España de la mano de las tarifas semiplanas que permiten utilizar el móvil con 'confianza' en la factura final. La experiencia con esos dispositivos, que son los que hacen augurar un brillante futuro para el 4G, es la que nos dice que los precios deben seguir siendo controlables.
La cuarta generación, el LTE, es el absoluto triunfo de la tecnología de internet (IP) en las comunicaciones y llega a España en el momento en el que se ha conseguido su integración en los dispositivos junto al 2G y 3G, lo que significa que además de transmitir datos a mucha velocidad, también se puede hablar por el mismo dispositivo sin que se corten las conversaciones.
Llega una tecnología que permite acceder a internet con velocidades punta de 100 megabits e incluso de 150 megabits, siempre dependiendo de las redes, pero la gran diferencia va ser la llamada 'latencia' -el retraso de la respuesta ante una petición-, que se reduce drásticamente, lo que supone en el mundo del videojuego la diferencia entre perder o ganar una partida.
Con permiso de las tarifas, será la tecnología que permitirá ver una película en 'streaming' (sin descarga previa) sin ningún problema, que facilitará las comunicaciones entre máquinas y que hará crecer el mercado de las aplicaciones para móviles.
La pega
El defecto de esta primera etapa de la cuarta generación es que llega apoyada en el espectro radioeléctrico de 1800 y 2600 Mhz, lo que supone que tendrá muy buena cobertura en exteriores, pero muy poca en interiores.
El gran despliegue en España se producirá cuando el Gobierno libere las frecuencias en la banda de 800 Mhz, derivadas del menor consumo de espectro de las televisiones tras el paso del modelo analógico al digital. Así, se llevará a cabo un despliegue rápido, económico y con una cobertura en interiores muy superior a la actual del 3G.
Estas nuevas frecuencias las adquirieron en su día Telefónica, Vodafone y Orange, con fecha 1 de enero de 2015, y el Gobierno quiere adelantar un año su uso.
El problema es que antes se tiene que cumplir la sentencia del Tribunal Supremo que anuló la entrega del espectro sin concurso público a las televisiones y la forma de hacerlo está retrasando el proceso de liberación.
Esta semana, el consejero delegado de TeliaSonera, Per-Arne Blombquist, operadora que fue la primera que desplegó una red 4G en el mundo en 2009, señaló que en un año se puede tener una red si se aprovechan casi todas las antenas actuales y sólo se trata de actualizar los equipos.
Fue también el consejero delegado de TeliaSonera, la operadora propietaria de la española Yoigo, la que advirtió de que el modelo de tarifas será de pago por uso, aunque se irán ajustando a los mercados y también señaló que algún proveedor de internet estaría dispuesto a pagar para que se priorizaran sus accesos.
Aunque Yoigo fue el primer operador en anunciar que daría el servicio, Vodafone se le ha adelantado y el pasado día 29 de mayo comenzó a ofrecerlo en Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Sevilla y Valencia.
El servicio puede utilizarse con los móviles: Samsung Galaxy 4, LG Optimus G, PS, Sony Xperia Z, Nokia Lumia 920 y el Huawei P2, el único que alcanza los 150 megabits de velocidad por segundo.
Los usuarios que tienen ya estos dispositivos tienen que actualizarlos a través del software de su teléfono y después darse de alta en el servicio.
Este puñado de móviles son los que pueden marcar la diferencia, ya que aunque algunos operadores como TeliaSonera desplegaron sus redes hace unos años, no han podido utilizarlas todavía para hablar, por lo que su número de clientes todavía es limitado.
Orange y Yoigo también tienen previsto comenzar a ofrecer estos servicios de 4G en el mes de julio.
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